Flores de Bach y Nueva Medicina Germánica

por | 23 Dic, 24 | Uncategorized

En los albores del siglo XX, el Dr. Edward Bach, un médico y homeópata galés, introdujo un sistema de autoterapia basado en su Sistema de Esencias Florales, las Flores de Bach, que revolucionaría nuestra comprensión de la salud mental y emocional. Este enfoque se
fundamenta en las observaciones y descubrimientos del Dr. Bach acerca de la psique humana y de cómo las esencias florales restablecen el equilibrio y la salud.

A través de extensas investigaciones basadas en la observación de interacciones y reacciones humanas, Bach llegó a la conclusión de que el tratamiento más eficaz para las personas que sufren enfermedades o crisis existenciales no implica abordar los síntomas orgánicos o
psiquiátricos como objetivos a «atacar». En cambio, consideraba esencial entender que cada individuo sufre de manera única, y que en ese sufrimiento yace un desequilibrio fundamental: las emociones.

El Dr. Bach llegó a la reveladora conclusión de que, en última instancia, el síntoma en sí mismo no era tan relevante como las características de la personalidad y las emociones dolorosas de la persona. Trabajando desde esta perspectiva, identificó el profundo impacto que la energía de las plantas tiene en la restauración del equilibrio personal, lo que, a su vez, se traduce en una recuperación de la salud.

Desde una perspectiva paralela, la Nueva Medicina Germánica (o Germanische Heilkunde GH) sostiene que las enfermedades son el resultado de conflictos biológicos, es decir, de cómo el cuerpo responde a situaciones que percibe como peligrosas. Esta interpretación de la realidad como amenaza provoca cambios en los programas normales de funcionamiento del cuerpo en respuesta a un estado de supervivencia, alterando el funcionamiento de los órganos, el cerebro y las emociones (psique). Estas alteraciones (o el proceso de recuperación de las mismas) constituyen lo que conocemos como «enfermedad».

El Dr. Hamer, descubridor de la GH a partir de la década de 1980, destacó que, si bien las emociones no son las causantes de las enfermedades, están relacionadas con ellas. ¿Cómo? Las emociones son síntomas en la psique, al igual que los síntomas físicos son manifestaciones de los programas biológicos de supervivencia en el cuerpo. El Dr. Hamer también señaló la sincronicidad de las manifestaciones de estos programas en tres niveles: psique, cerebro y órganos.

Así, podemos concluir que las emociones desequilibradas que el Dr. Bach mencionó corresponden a manifestaciones de los programas biológicos en la psique. Al abordar estas emociones, se influye indirectamente en los programas biológicos subyacentes que las generan
(gracias a la interrelación indisoluble entre la psique, el cerebro y los órganos del cuerpo). Esta perspectiva arroja luz sobre por qué el Dr. Bach lograba resultados asombrosos en la sanación de síntomas crónicos en sus pacientes. A través de una escucha atenta y empática y el
tratamiento con sus esencias florales, lograba restablecer las emociones desequilibradas, lo que a lo largo de semanas o meses conducía a la recuperación del paciente. Cabe destacar que esto resulta semejante a los resultados que obtenía el Dr. Hamer con la aplicación de sus
conocimientos de GH. En ambos casos, logros que la medicina convencional de sus respectivas épocas no podía igualar.

Debido a estas afinidades conceptuales, muchos terapeutas de la Nueva Medicina Germánica hoy incorporan las Flores de Bach como un apoyo esencial para la resolución de conflictos o para la reducción de la masa conflictual de los mismos. Imagina si el Dr. Bach y el Dr. Hamer hubieran podido colaborar; las posibilidades de descubrimiento habrían sido infinitas, sumando aún más a sus ya imprescindibles hallazgos.

Por: Carolina Alzamora